Archivo de era precolombina

El rondador

Posted in historia, tradiciones with tags , , , , , on agosto 19, 2008 by edmolin657

ANTARAS

Figura adornada tocando la antara o rondador . cultura chancay , peruFLAUTA DE PAN, SIRINGA, ZAMPOÑA, ANTARA, ANDARA, KINRAY, PHUKU, TAYKA, RONDADOR, RERIBACO, SIRUMEE SONGARI, SONKARINCI, TOTAMA, PAKA, HETU, NOXARI, NDUMUTA, CHECU, YUPANA, CHOFANA, YUNDADORA. NULOLE-MATAN, NOTORI, TSELO, HETU, HETUPUE, URUSA.

E1 instrumento musical más amado de las culturas que se desarrollaron en Suramérica, especialmente en las regiones que hoy comprenden los torios del Perú, Ecuador, el departamento de Nariño al sur de Colombia, Bolivia y parte de Chile, es amada Flauta de Pan, Siringa o Zampofia. Fuera los anteriores nombres de origen europeo se pueden encontrar docenas de palabras que designan actualmente al mismo instrumento y a sus variantes. Los principales nombres son: Antara, Andara, Kinray, Phuku, Tayka, Sikus y seguramente se pueden agregar otras docenas pues es un instrumento vigente en las diversas agrupaciones indígenas de la selva amazónica.

Por lo anterior podríamos concluir que la Flauta Pan es quizá el instrumento universal por excelencia pues desde remotos tiempos se ha encontrado y se desarrollado prácticamente en todas las culturas y los más diversos rincones del mundo, incluyendo tribus negras. Es desde luego sorprendente, que este instrumento se hubiera dado en condiciones tan silares en todas partes y en tan diversas épocas. Existieron las estatuillas sirias, la fistulae latina, mono polycálama, y muchas variantes, prácticamente en dos los rincones del mundo.

Las primeras flautas de pan que se hayan encontrado en territorio del Nuevo Mundo pertenecen a la cultura Hopewell-Ohio, Arkansas o Wisconsin, entre los años 200 antes de Cristo y los 500 de nuestra era. Se encuentran en los museos de Historia Natural de Chicago, Nueva York y el Milwaukee Museum de Wisconsin.

Se trata de flautas de tres y cuatro sonidos, elementales en su construcción y, aparentemente, sin adornos de ninguna clase lo cual para las culturas precolombinas es casi excepcional. Pero de todas maneras, es un instrumento que denota un gran adelanto musical para aquella época temprana. Por otra parte, debe quedar en claro que estas flautas son excepcionales para toda la región del Norte. No fue instrumento popular como las flautas sencillas en Mesoamérica en donde tampoco la flauta de pan tuvo gran acogida. Existen algunos ejemplares pero en ningún caso la abundancia y la continuidad que es muy notoria, inclusive en nuestros días. Tampoco se encuentra la variedad de mitos y relaciones ligadas a este instrumento. En Suramérica persiste algo de magia, de fervor por la llamada Antara. Es tan fuerte aún el amor por este instrumento que trata de sobresalir y competir con los más modernos instrumentos y conjuntos aún en el mercado internacional del disco y de la televisión. Al traer el recuerdo musical de varios de los lugares turísticos del Perú, Bolivia y Ecuador, aparecerá la antara o flauta de pan como el instrumento típico, siendo mucho más, el instrumento precolombino por excelencia. En cambio, ya lo hemos dicho, en las culturas de Colombia hacia el norte, apenas si se presenta esporádicamente. Por esto mismo los ejemplares de las culturas Hopewell son importantes doblemente, por la antigüedad y por ser casi las únicas que utilizaron este instrumento en esa región.

Tocadores de Antaras Mochicas, Museo de Costumbres populares -BerlínEn cuanto a las flautas de pan de Suramérica, es imposible dar una idea total pues los precolombinos los usaron de todos los tamaños y con todos los fines. se construyeron con simples cañas vegetales o con yandes tubos vegetales como sucede todavía en la región del Amazonas; se labraron en piedra con hermoso diseños, sofisticados en cuanto a variación del adorno, como si fueran productos del barroco o rococó; fueron millones las hechas en barro, flautas populares con adornos muy simples, flautas pequeñas y medianas para uso diario; también se llegó a la fabricación de flautas de pan de plata y de oro; algunos de los ejemplares se exhiben en el Museo del Oro en Bogotá y Lima. Pero además, son muchas las obras le arte, especialmente de cerámica, en las cuales aparecen dioses o diosas, hombres o animales ligados a la flauta de pan a la amada Antara o Siringa. Es, por consiguiente, el instrumento que se convierte en símbolo de la música en las culturas suramericanas así como en el norte el caracol adquiere tanta preponderancia especialmente en la cultura Teotihuacán.

Ya se ha mencionado que las antaras se hicieron en muchas dimensiones y materiales. Conviene agregar que actualmente se usan enormes cortezas o tubos largos vegetales o cañas grandes hasta de dos metros que se utilizan comunalmente, es decir, que cada músico apenas toca una nota seguido del sonido que produce el compañero. No creo que los precolombinos tuvieran este tipo de flautas tan grandes pero sí hasta de un metro. También es muy interesante el modo de afinar la doble antara, es decir la antara con dos hileras de tubos o flautas. Con este instrumento se pueden conseguir todos los sonidos de la escala cromática puesto que el músico puede «afinar’ el instrumento agregando o disminuyendo porciones de arena que vierte en cualquiera de los tubos o flautas. Yo mismo he sido testigo de este método de afinación que se utiliza para presentaciones populares o en la televisión. Quizá sea esta afinación la que le dió tantas posibilidades al instrumento y que por esto mismo continúe como el más representativo de estas regiones de Suramérica.

En cuanto a las tradiciones, Robert Stevenson nos dice que se encuentran rotas o quebradas a propósito en las tumbas y muy junto al muerto. Quizá es la doble significación la de la esperanza de la resurrección o continuidad de la vida en cuyo caso la flauta sería elemento vital de expresión, y en otro caso, frustración o dolor por la muerte y de ahí la quiebra de los instrumentos que se podría comparar al rasgueo de los vestidos para expresar dolor que se usa en otras culturas. Por otra parte hay que hacer énfasis en las pinturas mochicas que no sólo representan a los muertos, esqueletos tocando la andara o antara, sino que hacen una danza muy festiva al son de los sonidos de los instrumentos y de unas especies de árboles floreados con cascabeles que acompañan a las antaras. Es lógico que existan muchas versiones pero lo importante en nuestro caso, es el uso del instrumento que aparece entre vivos y muertos y como símbolo de la vida y de la muerte.

Antara de Piedra, Altura 8cm x 9cm Cultura Inca. Museum Fur Volkerkunde, Berlín, VA 8589.Sobran las citas que se refieren en tiempo de la Conquista a la utilización del instrumento: «traían también unos cañoncitos de plata alternativamente puestos a manera de órgano que llaman los indios AYARICHIS que hacen una suave música». Esto se refiere, naturalmente, a los incas que no fueron ciertamente los «inventores» de este instrumento que aparece muy desarrollado en diversas culturas anteriores especialmente la Mochica, Chirnú, Nazca, e inclusive vienen del Tiahuanaco tardío. «Los dos, Cristóbal Molina de Cuzco (1575) y Bernabé Cobo (1653) describen el festival de agosto de CITUA en el cual los Incas daban gracias por no haber sucumbido ala enfermedad durante el pasado año y purificaban a Cuzco por el año venidero».

Eran fiestas en honor del sol y tocaban las antaras -«Poemas de Ayala (c. 1615) muestra en la página 322 una danza en la cual cuatro Antisuyos (indígenas le viven en el norte y oriente de Cuzco) danzan un UARMI AUCA. En esta danza – «todos los hombres visten de mujeres», pagando así un tributo a las amazonas de la selva.

Se podrían agregar algunos datos más recogidos las anotaciones de Fernando García sobre Proposiciòn para clasificar la flauta de pan andina en el Perú. según sus investigaciones personales hay más de setenta variedades y reciben diversas denominaciones genéricas. En el norte y eventualmente en el sur son llamadas ANTARAS y más específicamente ANDARAS o andaritas desde la Libertad hacia el norte, mientras que en el sur del país son denominadas genéricamente ZAMPONAS. El número de tubos va desde uno como en el macho, o tres como ocurre en la zampoña de Chasqui. hasta 30 de la parilla o los 32 de la rondadora o rondador que se emplean en el norte del Perú. Es conveniente agregar que también este término de Rondador se utiliza en muchas regiones colombianas. El largo de los tubos varía. Los ANTECC usados por los chuncos poseen tubos que alcanzan dos metros; los Phukos tienen un tubo que llega al metro de largo, los Sikus cañas hasta de 50 centímetros. Hay otros llamados marimacho de los indios Sicuris de Puno. Los conjuntos o tropas de Ayarachis, Sicuris y Pusamorenos o Sicomorenos, que son siempre en números pares, organizan sus flautas por parejas una de ellas de seis tubos y la otra de siete que dan entre sí series complementarias de sonidos de una escala diatónica. En Chumbivílcas las zampoñas de los ayarachis se llaman KINRAY. En el Paratía se llama PHUKU. El registro más grave se llama MAM y el más agudo WALA y el mediano LAMA. Entre los SICURIS se llama a la flauta TAYKA».

Es pues la flauta de pan o zampoña y mejor, Antara o Andara, el instrumento lleno de vigencia, ligado al pasado y que representa el sentido musical de muchas culturas precolombinas. Aún se escucha cierto sentido musical que por herencia, genes o tradición, como se quiera interpretar, implica una música totalmente diferente, suave, de cierta nostalgia y profundidad, signos de la gran sensibilidad, de las culturas precolombinas de nuestros antepasados. Esperemos, y casi estoy seguro, que continúe este instrumento, que no lo dejemos desaparecer como tantos otros que ya hemos sepultado en el olvido. Afortunadamente es la juventud la que se ha encargado de salvar y hasta de superar con nuevas melodías y nuevas músicas y conjuntos el espíritu musical de tantas culturas precolombinas.

Fuente:

Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República.
http://www.lablaa.org/blaavirtual/letra-v/viajes/indice.htm

Trompetas precolombinas

Posted in historia with tags , , , on agosto 19, 2008 by edmolin657

Trompeta mochica. Figura tocando antara. Museo Amano. Lima Perú. Fotografía: Luis A. Escobar

Trompeta en forma de serpiente y vasija. Cultura Mochica. Museo Amano. Lima Perú. Fotografía: Luis A. Escobar

E1 hombre al soplar el cuerno y el caracol encontró otra forma natural de expresión por medio de la música. Poco a poco, no solo los primitivos sino en todas las culturas, se fueron variando las formas, los materiales hasta lograr el instrumento ideal. Los precolombinos, como ya se ha observado, utilizaron el barro y así, desde los tiempos cercanos al siglo primero, ya se encuentran figuritas que parecen soplar una trompetilla. Este sería el comienzo pues posteriormente queda el gran documento precolombino que es el famoso mural de Bonampak. Allí se ven las trompetas de barro tocadas muy elegante y ceremoniosamente. las dimensiones son las naturales para conseguir sonidos intermedios.

Primeras figurillas de Trompetas y Bailarinas. 5 x 12 cms. Teorihuacán L Colección Stavenhagen.

En este mural aparecen otros músicos que tocan maracas, teponaxtli, huchuetl pero los ATECOCOLLI o TECCIZTLI, (Trompetas) son los instrumentos más importantes o que sobresalen más en esta ceremonia descrita en el mural. Son trompetas con embocadura y con adornos al final, «campana» del instrumento. Sobra ponderar la importancia de este mural que para la música se convierte en algo excepcional pues nos da a entender cómo las trompetas ya eran instrumentos melódicos de suma importancia en las ceremonias de los Mayas de la época clásica a la que pertenece el mural, siglo VII d.C. Otra observación es la de la ausencia de otros instrumentos mayas de suma importancia como son las famosas flautas cuádruples lo cual da a entender que los instrumentos que vemos en el mural tienen que ver esencialmente con los actos guerreros y que posiblemente las flautas se reservaban para actos religiosos y para ser tocadas por sacerdotes y no por guerreros. Finalicemos diciendo que los precolombinos tuvieron el sentido de orquesta o de conjuntos musicales que se advierten en el famoso mural y en los cuales las trompetas pudieron convertirse en lo que hoy podrían ser los violines que, en general, llevan la melodía.

Trompeta de Barro Teotihuacán 11. 27 cms. 500 d. C. Raro ejemplar Museo Nacional Antropología. México.

Mural de Bonampak Aspecto de maraqueros y trompeteros. Culture Maya.

Aparte de este maravilloso documento que muestra un tipo de trompetas, existe un ejemplarya con boquilla muy definida, de 27 centímetros de larga, pintada de blanco y amarillo sobre negro, y de la cultura teotihuacana (Pág. 81). Es un ejemplar muy raro en ,cuanto que denota un inmenso desarrollo del instrumento pero son muy pocos los ejemplares iguales o parecidos que se puedan encontrar en las culturas americanas. De todas maneras es prueba definida del desarrollo de este tipo de trompetas de cerámica y su poca difusión, o el que no se encuentren muchos ejemplares solamente denota que se preferían especialmente las flautas que abundan en todas partes. No fue, de acuerdo a los hallazgos arqueológicos, instrumento popular.

Algo que corrobora lo anterior, es la trompeta que parece ser tocada y utilizada por sacerdotes solamente y que, además, constituye una verdadera curiosidad por la forma como está dibujada en el códice Becker. Parece ser tocada por sacerdotes pues sus atavíos así lo indican. Pero además es un instrumento que bien hubiera podido parecerse a la famosa tibia ultricularis de la cual se derivaron las famosas gaitas o sacos de aire que soplaban una o más flautillas. Así lo denotan las especies de nudillos y la protuberancia de saco inflado de aire. Es un instrumento que reposa en una especie de mueble construido para tal fin. Sin embargo, aparece también en los mismos dibujos del códice de Becker, otro músico tocando otra trompeta pero en este caso como si fuera un instrumento liviano tomado con la mano izquierda mientras que con la derecha, da a entender el dibujo, trata de producir efectos o sonidos variados. Lo lamentable es que no se conozcan instrumentos parecidos a los dibujados, quizá porque realmente fueron realizados con materiales frágiles y perecederos. Pero toda la apariencia que da el dibujo es de gran ceremonia, de sacerdotes músicos ejecutantes de trompetas.

 

MIXTECO-ZAPOTECAS

Códice Becker. Trompetista acompañado de HuehuetI.

 Lo anterior da cuenta general del uso de las trompetas o especies de trompetas en Mesoamca.

 Ahora tenemos que mirar con atención lo que las diferentes culturas del sur culminaron como instrumentos que se pueden ligar a la trompeta. Se trata de algo excepcional pues las trompetas constituyen también verdaderas obras de artesanía y de escultura.

 En primer lugar me refiero a la serpiente trompeta o para ellos jaguar según lo estimado por varios especialistas. Es un instrumento muy parecido a los que se inventarían más tarde en Europa o a las actuales trompetas de cacería, especialmente las usadas en el Tirol y Alemania, trompetas manuales, pequeñas, muy bien elaboradas. 

Las trompetas guerrero constituyen sin lugar a dudas, muestra del gran desarrollo musical y artístico de la cultura Mochica. Como estatuas, alcanzan un sentido decorativo poco común. Un guerrero con todos sus atuendos y con el «casco» que sirve de base para la parte que llega a la boquilla de la trompeta. Es posiblemente un instrumento militar para ser tocado por especialistas, es decir, militares entrenados para dar los «toques» o avisos musicales u órdenes de movimientos de tropas. Recordemos que los militares estudiaban danza y la música era parte de sus actividades. El atuendo de cada estatuilla-trompeta, es en cada caso diferente. Se trata de un faldellín o lo que un un sacerdote católico podría llamar el roquete, bastante adornado. El guerrero está tocando una antara, instrumento predilecto no sólo de los Mochicas sino de las diferentes culturas del sur de Colombia hasta llegar a las costas de Chile. Mide 32 centímetros de alto, Cultura Mochica y el ejemplar se encuentra en el Museo Británico de Londres

Fuente:Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República. http://www.lablaa.org/blaavirtual/credencial/enero1990/enero1.htm