Archivo de ecuatorianos

Alicia Yánez

Posted in poemas with tags , on octubre 4, 2008 by edmolin657

ALICIA YANES COSSIO
NOVELISTA.- Nació en Quito el 10 de Diciembre de 1.928. Hija legítima del Ing. Alfonso Yánes Proaño, quien viajaba mucho, construía hospitales para el gobierno y finalmente trabajó para las oficinas del Punto IV y de Clemencia Cossío Larrea, inteligente, religiosa pero no beata y quizá hasta adelantada para su época porque siempre quiso ser una escritora pero se vio frustrada, contentándose con anotar los nacimientos de sus hijos en unas libretas donde vertía literalmente su cariño. Ambos quiteños.

Fue la segunda de una larga familia compuesta de diez hermanos que vivían en la calle Sodiro, donde eran famosos por sus travesuras y habitaban una casa propia de tres pisos que nunca se terminó de construir por los muchos cambios que le hacían y a la par de sus juegos infantiles su padre les llevaba libros, para que crecieran intelectualizados.

A los seis años ingresó al Colegio de los Sagrados Corazones en Santo Domingo.

De nueve, como sus compañeritas solían hablar de sus abuelos y Alicia no los tenía, inventó unos que vivían trabajando unas minas de brillantes en el Africa y eran medio atarzanados. Ella les escribía y ellos le respondían por cartas que enseñaba en el colegio, causando la conmoción que es de suponer en esos casos. Por eso diría después: «Tuve una infancia sumamente feliz, quizá un poco hombruna, influida por mis primeras lecturas: las obras de Julio Verne y las hazañas de Tarzán. Nunca me gustaron las muñecas.»

Su madre había notado sus inclinaciones poético-literarias y la apoyaba con gestos y palabras «pues siempre tuvo la ilusión de que yo sería una escritora y cuando nos compró a mi hermana mayor y a mi nuestros jueguitos de dormitorio, el de ella tuvo una peinadora porque era muy fiestera y el mío un escritorio para leer y escribir.»

Durante la secundaria fue alumna del Ing. Custode en matemáticas pero su incapacidad para asimilar números -disciplina- le impidió ganar el último año; en el cual, por un trabajo de redacción sobre Isabel La Católica, ganó una beca para estudiar periodismo en la Universidad de Madrid, por cuenta del Instituto de Cultura Hispánica.

En 1.949, dedicada por entero a las lecturas y en un mundo muy suyo, muy íntimo, su madre le reunió varios poemas y apareció «Luciolas» en 58 pags. con poesías vagarosas, sentimentales y nostálgicas, llenas de una sutil y melancólica tristeza por su salida del Colegio. Tras ese breve paréntesis se matriculó en el curso de 1.950 en su Colegio, que habíase cambiado a Rumipamba, donde permaneció hasta graduarse de Bachiller en 1.951.

Ese año había escrito un juguete escénico de carácter local titulado «Hacia el Quito de ayer» protestando contra la súbita modernización de la ciudad. En la obra aparecen en forma simbólica el Cucurucho de San Agustín, la Caja ronca, el Cristo sin cabeza, etc. y fue puesta en escena, meses después, por su madre, en el Colegio de los Corazones, durante una fiesta benéfica. Alicia ya se encontraba en España.

El viaje fue por barco, vía La Habana y le sirvió para conocer al estudiante cubano Luis Campos Martínez que la enamoró y se casaron el 18 de Marzo de 1.952 en la iglesia del Buen Suceso de Madrid. Juntos visitaron numerosos museos, ciudades y poblaciones y se maravillaron de la cultura europea. El estudiaba leyes y ella tomaba cursos libres. Vivían en un departamento de la calle Hilarión Eslava No. 38 del barrio Arguelles donde nacieron las gemelas. Entonces comenzó a escribir cuentos cortos sobre «los tíos» con mucho sabor andino por la nostalgia que sentía por la tierra.

En 1.953 viajaron dos meses a Guantánamo a visitar la familia Campos, luego pasaron a Quito pero su esposo no quiso ejercer la profesión de abogado. Vivían con sus padres y nació la tercera mujercita. El 56 regresaron a Cuba volvió a los cuentos y nació Luis Miguel, hoy famoso escritor.

En 1.959 tomaron unas vacaciones de dos meses en Quito. Ya estaba Fidel Castro en el poder y recibieron la noticia de que el régimen comunista había confiscado las propiedades agrícolas y rurales de la abuela de su esposo en Guantánamo, incluyendo la vieja y grande casa familiar. Su esposo dijo: «Si Cuba es el primer país que se hace socialista en América, yo quiero vivir en él» y por su necedad regresaron a La Habana, donde las autoridades del barrio comenzaron a fastidiarlos. «Paraban a las niñas en las calles para hacerles averiguaciones sobre las intimidades de sus padres y del hogar. Finalmente cundió el temor, la falta de garantías, las prisiones indiscriminadas, los fusilamientos seguían sucediéndose en el paredón ya no solamente contra los batistianos sino también contra ciertos ex fídelistas. Todo ello era producto de la nueva dictadura instaurada, incluso comenzaron a menudiar los desaparecidos y hasta se decía que existían manicomios especiales para los rebeldes al nuevo sistema.»

Finalmente logró salir del infierno castrista con su esposo y sus cuatro hijos en situación deplorable pues no les dejaron sacar nada y hasta las moneditas sueltas se las quitaron de los bolsillos. Nuevamente en Quito, alquilaron un pequeño departamento en casa de Laura Rivadeneira de Vela en la ciudadela La Floresta, después se cambiaron a donde hoy funciona el Conservatorio.

En 1.963, pobre, pero feliz, quiso dar rienda suelta a su deseo de novelar, de contar todo lo que tenía adentro, su mundo interior fantástico enriquecido de recuerdos y comenzó una novela como una nueva forma de expresión personal «usando el flujo de la conciencia a lo Joyce y el tratamiento de la memoria y el tiempo a lo Proust» que reunió a los cuentos de sus tíos de manera que se puede decir que solo les puso principio y final. Así fue como surgió “Bruna Soroche y Las Tías”. Cuando la obra estuvo terminada, fue enviada a la Bienal de Novela de la Casa de la Cultura Ecuatoriana con el nombre de «La Ciudad Dormida» y bajo el pseudónimo de «Romina'» pero el concurso fue declarado desierto.

En 1.964 publicó un segundo poemario «De la sangre y el tiempo» aparecido con un brillante prólogo de Francisco Tobar y García. El 69, justamente el día en que su último hijo ingresaba al Kinder, se empleó de profesora en el Colegio de la Providencia. El 70 pasó al Santo Domingo de Guzmán y también comenzó a enseñar en la Academia Cotopaxi existente por convenio con la Embajada de los Estados Unidos para la enseñanza de los hijos de diplomáticos y ciudadanos de ese país. Allí lo hizo a tiempo completo con un sueldo de seiscientos dólares mensuales y dio español y cultura ecuatoriana por espacio de trece años, hasta 1.983.

El 71 intervino en el Concurso Nacional de Novela convocado por el diario El Universo de Guayaquil bajo el pseudónimo de «Jersy Kosinki» con su novela anterior, ahora denominada «Bruna, soroche y los tíos» y ganó el primer premio de S/. 30.000 «por sus cualidades de fluidez narrativa, arquitectura novelesca, bella forma literaria y porque sin caer en el criollismo o costumbrismo de dudoso gusto, revela claramente su raíz y estirpe ecuatorianas.»

La obra tiene un fondo semejante al de Cien años de Soledad de García Márquez aunque con diferencias esenciales, representaba un trabajo casi continuo de cinco años y su venta fue un éxito sin precedentes. Cuenta, a través de una mujer joven que simboliza a la mujer universal, un mundo antiguo y lento -la cultura andina- que agoniza desde hace 500 años, visto bajo su perspectiva muy especial.

La novela ha conocido tres ediciones y ha sido adaptada al método Braile en inglés por la «Asociation recording for the blind» de los Estados Unidos. Bruna es la revisión de los hechos de una familia, por una jovencita que se lanza a vivir su propia existencia, lejos de los prejuicios y atajos de una ciudad apática y sin motivaciones, lo cual constituyó la novedad del feminismo de esos tiempos. De allí en adelante, convertida en una adalid del feminismo ecuatoriano por haber rechazado las caducas limitaciones históricas de la mujer de su Patria, las tradicionales virtudes -pasividad y debilidad de su sexo- de la escuela Católica, basada en la sumisión de la Virgen María en Nazareht, dedicóse a escribir sobre el tema de la mujer en su nueva manera, tratando de salir de su condición de ser sojuzgado en la sociedad latinoamericana, luchando por romper esos prejuicios morales, sociales y religiosos que atentan contra sus derechos fundamentales, sin negar la solidaridad con el varón evolucionado, digno de ser su compañero.

En 1.974 salió una colección de cuentos suyos »El Beso y otras fricciones» en Ediciones Paulinas de Bogotá.

En 1.979 sacó su segunda novela «Yo vendo unos ojos negros» y nuevamente trató sobre el intento de la protagonista para vivir una vida de dignidad propia de su condición de ser humano. La protagonista, mujer de clase media casada con un burócrata inútil, luego de pasar muchas peripecias consigue un trabajo junto a otras mujeres vendiendo productos de belleza; pero tiene que dejarlo cuando comprende que está a punto de ser absorbida por el mercado de consumo.

Hernán Rodríguez Castelo ha dicho que es una novela desoladora sobre la condición de la mujer en nuestra sociedad corrupta por el dinero y el sexo, mundo subdesarrollado en que se halla desprotegida por su falta de preparación y experiencia, ingenuidad y debilidad…

En 1.980 lanzó su tercera novela «Más allá de las islas» donde se refieren las vicisitudes de ocho personajes que arriban a un mundo libre y puro –las islas Galápagos- buscando algo absoluto. Uno la poesía, otro el amor, el de más allá la sabiduría… I todos, en un momento decisivo de su existencia, experimentan la llegada de la muerte. Finalmente el pueblo corrompido por las bajas pasiones cobra una actividad inusual encausada a la destrucción y desaparece, pero del último de los ocho nace una nueva generación depositaría de las virtudes propias de sus antepasados, para habitar un nuevo paraíso. La novela encierra una parábola sobre el destino del hombre.

Ese año recibió la Medalla al Mérito Educacional de Primera Clase y en Diciembre fue aceptada por la Academia ecuatoriana de la lengua, a la que ingresó el 11 de Abril de 1.991 con un discurso titulado «El niño y la palabra».

En 1.985 apareció su cuarta novela «La Cofradía del mullo del vestido de la Virgen pipona» cuyo argumento es contado por los cuatro viejos liberales de apellido Pando, que recuerdan sucesos que se dieron en un pueblo de la sierra y la historia de la imagen de la Virgen que allí veneran, que en un tiempo fue pipona y luego dejó de serlo pues oculto tuvo en su vientre los papeles que reconocían a los viejos Pando como propietarios de las tierras arrebatadas por los Benavides, caciques del pueblo. El joven comunista Manuel Pando logra organizar a las guerrillas del pueblo y se descubre que la Virgen había sido utilizada por la Iglesia como símbolo para la manipulación de la ignorancia, ingenuidad y sentimiento religioso popular.

En 1.986 asistió al I Encuentro de escritores de América Latina reunido en Israel. El 87 al I Festival Latinoamericano de Arte y Cultura en Brasilia y colaboró en los talleres de creatividad literaria del Centro Cultural San Sebastián a cargo del Banco Central. El 88 fue Instructora de los talleres del Liceo Internacional.

En 1.989 volvió a la palestra con una quinta novela «La Casa del sano placer», proyecto cívico de una dama para dar respetabilidad a la profesión más antigua del universo, en una Casa del Sano Placer que funciona como colegio de instrucción sexual, moral y religiosa a base de una disciplina rígida. Con el tiempo todos se cansan de esta situación y las mujeres deciden acabar con el lupanar, pero al llegar un joven sacerdote transforma a las prostitutas en sus discípulas.

Aquí el personaje vuelve a ser la multitud representada por la comunidad que lucha por rescatar los derechos elementales de la mujer. El machismo continúa siendo un tema recurrente. La ironía, el sarcasmo y la hipérbola se hacen evidentes al tratar la supuesta superioridad masculina o demarcar criterios morbosos sobre la virginidad o el homosexualismo, etc.

La autora combate toda injusticia con humor cáustico, lenguaje político, composición simple y casi lineal, aunque usa la técnica del recuerdo para retrotraer la acción. Juegos de palabras, alegorías, reiteraciones, retruécanos, etc. inaugurando una nueva forma de novelar en el Ecuador, realismo mágico feminista y como en las anteriores trata sobre la soledad, la intolerancia, la tradición a través de costumbres que frenan todo avance, el ímpetu de sobrevivencia que hace revelar a sus personajes para lograr una existencia más auténtica. Todo ello contado desde una perspectiva muy personal y solidaria con la mujer nueva y con la multitud, que en todas sus obras adquiere caracteres de extraña solidaridad.

Tiene inéditas otras novelas de iguales características. Una de ellas es «El Cristo Feo».

En 1.993 enviudó. Es una mujer superior cuya fama ha trascendido las fronteras patrias. En 1996 recibió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz a la mejor novela latinoamericana escrita por una mujer.

Débil y pequeñita de cuerpo, trigueña, pelo lacio y negro, facciones finas y hermosas, habla con parsimonia y seguridad contando diversos aspectos del feminismo ecuatoriano en su lucha por reivindicar para la mujer un puesto igual al del hombre. Su vocación por la literatura la ha llevado a escribir mucho pero no se siente satisfecha por los logros alcanzados, pues sabe que el camino es arduo aunque al final las palmas del triunfo algo signifique.

Vive gozando dé sus nietos y como buena abuelita los adora. Es madre del gran escritor Luis Miguel Campos Yánez, lo cual la llena de sana satisfacción pues ve que sus dones han sido trasmitidos.

En 1998 editó “Retratos cubanos” con 18 cuentos escritos entre 1957 y el 61 en Cuba y trata sobre la lucha del hombre por alcanzar su libertad, pero como se los requisaron a la salida de la isla los rescribió en 1996 mezclando historia y crudo realismo pues le tocó vivir todas esas historias.

Víctor Arregui (entrevista)

Posted in entrevistas, notas periodísticas with tags , on septiembre 28, 2008 by edmolin657

De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?

Es una historia de la vida. Sobre un  médico legista.  Alrededor de él pasan algunas historias.  Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad.  Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.

¿Para hacer cine se necesitan palancas?

Víctor  nació en Guaranda hace  44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.

Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a  llegar a… para que te escuche lo  que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido  tomando importancia:  las personas  nos  oyen, la empresa privada o cuando hay que  pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí  la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego  dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí  se necesitan palancas.

¿El  aumento  del  cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?

Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos  estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles,  nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios  que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en  casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.

Cuando me toque a mí es un título muy amplio

Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.

Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque  morir. Te toca nacer, ser niño, las  responsabilidades, trabajar, hacer películas.  A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.

Pero es guarandeño

Sí, pero llegué  a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?

Es una historia de la vida. Sobre un  médico legista.  Alrededor de él pasan algunas historias.  Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad.  Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.

¿Para hacer cine se necesitan palancas?

Víctor  nació en Guaranda hace  44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.

Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a  llegar a… para que te escuche lo  que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido  tomando importancia:  las personas  nos  oyen, la empresa privada o cuando hay que  pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí  la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego  dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí  se necesitan palancas.

¿El  aumento  del  cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?

Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos  estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles,  nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios  que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en  casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.

Cuando me toque a mí es un título muy amplio

Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.

Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque  morir. Te toca nacer, ser niño, las  responsabilidades, trabajar, hacer películas.  A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.

Pero es guarandeño

Sí, pero llegué  a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?

Es una historia de la vida. Sobre un  médico legista.  Alrededor de él pasan algunas historias.  Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad.  Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.

¿Para hacer cine se necesitan palancas?

Víctor  nació en Guaranda hace  44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.

Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a  llegar a… para que te escuche lo  que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido  tomando importancia:  las personas  nos  oyen, la empresa privada o cuando hay que  pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí  la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego  dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí  se necesitan palancas.

¿El  aumento  del  cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?

Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos  estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles,  nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios  que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en  casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.

Cuando me toque a mí es un título muy amplio

Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.

Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque  morir. Te toca nacer, ser niño, las  responsabilidades, trabajar, hacer películas.  A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.

Pero es guarandeño

Sí, pero llegué  a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?

Es una historia de la vida. Sobre un  médico legista.  Alrededor de él pasan algunas historias.  Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad.  Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.

¿Para hacer cine se necesitan palancas?

Víctor  nació en Guaranda hace  44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.

Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a  llegar a… para que te escuche lo  que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido  tomando importancia:  las personas  nos  oyen, la empresa privada o cuando hay que  pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí  la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego  dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí  se necesitan palancas.

¿El  aumento  del  cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?

Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos  estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles,  nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios  que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en  casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.

Cuando me toque a mí es un título muy amplio

Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.

Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque  morir. Te toca nacer, ser niño, las  responsabilidades, trabajar, hacer películas.  A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.

Pero es guarandeño

Sí, pero llegué  a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?

Es una historia de la vida. Sobre un  médico legista.  Alrededor de él pasan algunas historias.  Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad.  Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.

¿Para hacer cine se necesitan palancas?

Víctor  nació en Guaranda hace  44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.

Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a  llegar a… para que te escuche lo  que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido  tomando importancia:  las personas  nos  oyen, la empresa privada o cuando hay que  pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí  la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego  dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí  se necesitan palancas.

¿El  aumento  del  cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?

Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos  estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles,  nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios  que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en  casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.

Cuando me toque a mí es un título muy amplio

Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.

Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque  morir. Te toca nacer, ser niño, las  responsabilidades, trabajar, hacer películas.  A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.

Pero es guarandeño

Sí, pero llegué  a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.

Camilo Destruge Illingworth

Posted in historia with tags , on septiembre 28, 2008 by edmolin657


HISTORIADOR.- Nació en Guayaquil el 20 de Octubre de 1.863 Hijo legitimo del Dr. Alcides Destruge y Maitin, natural de Puerto Cabello, en Venezuela, médico, pensador y periodista, redactor principal de «El Rosicler» y «El Guayas» en 1.871, Gerente del Banco de Crédito Hipotecario en 1.872, Director de la Sociedad Financiera «El Porvenir» en 1,874, colaborador en «Los Andes» y en las revistas del Banco de Crédito Hipotecario en 1.878 y en «El Álbum» en 1,880 y Cónsul General de Venezuela en Guayaquil, y de su primera esposa Carmen Illingworth Décima- Villa, Guayaquileña.

García Moreno era amigo de su padre y con tal motivo éste matriculó a sus hijos Alcides, Juan Bautista y Camilo Destruge en el Colegio de San Luis Gonzaga a cargo de los recién llegados Hermanos Cristianos, donde terminaron la primaria. Posteriormente realizaron la secundaria en el «San Vicente del Guayas» y Camilo obtuvo su bachilléralo en 1.881. Hablaba correctamente francés e inglés, idiomas que le había enseñado su padre, «tocaba muy bonito el piano» y algunas noches hacia guardia como bombero voluntario. Era, lo que se dice, un joven activo, simpático, inteligente, ilustrado y feliz.

A fines de 1.882 se escapó de la casa y pasó al campamento de Alfaro en Mapasingue donde se enroló como soldado raso «Regenerador». El 9 de Julio de 1.883 asistió a la toma de Guayaquil. En Marzo del 884 integró el plantel de redactores del diario liberal «El Telégrafo» que dirigía Juan Murillo Miró.

En Mayo fundó por humorada el semanario joco-serio «La Gallina Ciega», con sus amigos Amadeo Inquieta y Manuel Falques. En Enero de 1.885 «El Telégrafo» inició campaña contra el gobierno protestando por el fusilamiento de Nicolás Infante. La redacción se convirtió en centro de activa conspiración y el Presidente Caamaño terminó por desterrar a Murillo. Entonces Destruge se unió a los guerrilleros «Chapules» que combatían en la Provincia de los RÍOS bajo las órdenes del Coronel Ruiz Sandoval y al ser derrotado el movimiento, salvó a duras penas la vida y se escondió en el Morro, trabajó de profesor primario y envió colaboraciones a «El Globo» de Guayaquil, sin decir donde las escribía, para evitar las pesquisas del Presidente Caamaño, pues se encontraba fuera de ley.

En Febrero de 1.888 figuró en la redacción de «El Diario de Avisos» donde tenia a su cargo una columna bajo el seudónimo de «Camilo Desnioulins» y contrajo matrimonio con Mercedes Lucero y Barbotean, que compartió su suerte hasta el fín. Tuvieron una extensa familia compuesta de 7 mujeres y 3 hombres y fueron felices.

El domingo 26 de Octubre de 1.890, a eso de las 3 de la tarde, intervino en el incendio del almacén de telas «La Torre de Eiffel», de propiedad de Gainsborg, en Malecón y Elizalde y recibió una profunda quemadura en la pierna izquierda, de cuyo resultado cojeó para el resto de su vida.

En 1.892 escribió en «Los Andes» y en 1.893 en «‘El Globo Literario» bajo el seudónimo de «Maclio» Desde el 94 comenzó a colaborar en la revista semanal de literatura, ciencias y arte «Guayaquil» que dirigía el doctor Cesárao Carrera Padrón. En 1.895 saludó el arribó de la revolución liberal y estuvo junto a Alfaro, amigo de confianza de su padre. Ese ano publicó «La Carta del Gran Capitán» en 42 pags.

En 1.896 volvió con Murillo en la segunda época de «El Telégrafo». Durante el Incendio Grande no sufrió pérdidas porque vivía cerca de San Alejo, que no se quemó. Redactó «El Propagandista» en Daule, en 1.897 escribió en «El Crepúsculo» como Juan Pancho y fue designado Interventor de la Tesorería de Hacienda de Guayaquil. En 1.898 ascendió a la Inspección General de Telégrafos con sede en Quito. En Enero de 1.899 regresó a Guayaquil contratado por Luciano Coral como redactor principal del diario «El Tiempo».

Ese año publicó el «Ecuador y el Perú en su cuestión de Limites» en 106 págs,. En 1.900 escribió para «Guayaquil artístico» y desde el 3 de Diciembre para «El Voto Nacional», periódico fundado por un club o comité presidido por el Dr. Emilio Arévalo en respaldo de la candidatura presidencial del General Leónidas Plaza Guitérrez, En 1.901 falleció su padre casado in extremis con su enfermera y por eso la herencia disminuyó en mucho, el gobierno de Venezuela lo designó Cónsul en reemplazo de su padre, funciones que ejerció hasta su muerte.

Ese año publicó el folleto «Para la Historia, una sentencia del Tribunal de Cuentas de Guayaquil». En 1.902 editó «En honor de Vicente Rocafuerte la instrucción Pública » y colaboró en «El Telégrafo» y «EI Propangandista». En 1.903 comenzó a imprimir su «Álbum Biográfico Ecuatoriano», obra en la que había puesto sus mejores bríos juveniles, la que más quiso de todas las suyas, que salió de cinco tomos entre 1.903 y el 5 y constituye un clásico de la bibliografía nacional. Los tomos contienen 198, 312, 321, 216 y 194 páginas, respectivamente. En 1.984 el Banco Central puso una segunda edición a la circulación en dos tomos de 451 y 452 págs.

También colaboró en la revista «Olmedo» entre 1.903 y el 6 bajo su seudónimo de «Camilo Desmoulins», Entre 1.905 y el 6 fue miembro de la redacción del diario «La Nación», al triunfar la revolución Alfarista, ejerció la dirección del diario «La Nación»; y luego ocupó la Subsecretaría del Ministerio del Interior, siendo titular Amallo Puga Bustamante.

En 1.906 habla dado a la luz pública «El Ecuador. La Expedición de Flores- Proyectos de Monarquía americana. 1.846-47» en 55 páginas y «Cuestiones históricas. El envenenamiento del Arzobispo Checa, estudio documentado» en 76 páginas, que causó conmoción nacional por ser la primera obra seria escrita sobre tan vergonzoso y criminal suceso.

En 1.907 publicó «Ecuador, estudios, relaciones y episodios históricos» en 269 páginas, recopilación de varios de sus escritos aparecidos con anterioridad en diarios y revistas de Guayaquil y envió colaboraciones a «La Reacción», firmando con las iniciales «R.C.». Este periódico salió en dos épocas, la primera en 1.907 y la segunda y última en 1.912, También fue redactor de «La Época», de «El Chimborazo» de Riobamba y de «El Comercio» de Quito, firmando como «Maclio» o como «Giles D’ Amecourt».

En 1.908 regresó a Guayaquil y fue designado Director de la Biblioteca Municipal en reemplazo de J. Ramón Alvear Pallares que había renunciado Su labor en dicho centro cultural fue exitosa. Personalmente clasificó y catalogó los valiosos documentos del archivo histórico, trabajando de 9 a 10 horas diarias de prolija investigación, pues era un intelectual esforzado, incansable En 1.909 fundó el Museo Municipal adscrito a la Biblioteca formó con José Antonio Campos una comisión que aconsejó a lamunicipalidad de Guayaquil la adopción del Escudo o Pabellón de la provincia libre de Guayaquil y en 1.909 editó los «Discursos de Dn. José Mejía en las Cortes españolas de 1.810-13. con un Prólogo Histórico» en 128 páginas y «Controversia histórica sobre la iniciativa de la Independencia americana. Ecuador» en 134 páginas, refutando un Alegato del escritor bolivariano Luis Arce y re iterando para Quito la primacía en proclamar la independencia. En 1.910 fundó el «Boletín de la Biblioteca» a medias con Juan Antonio Almirante, que salió hasta 1.918 y donde escribieron numerosos intelectuales del país.

En 1.911 publicó «La Gran defensa de Guayaquil». En 1.913 escribió en «El Diario Ilustrado» y en «La Palabra» con varios de sus seudónimos ya conocidos y editó una Historia del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil» y la «Biografía del General Juan Illingworth» su ilustre abuelo materno, en 310 páginas.

En 1.914 fue designado Director de la Sección histórica del periódico Municipal «Nueve de Octubre». En 1.915 saltó a la luz pública su «Prontuario de Historia del Ecuador» en 65 páginas y el «Compendio para las Escuelas y colegios de la República» en 97 páginas. Al siguiente año apareció la segunda edición y un pequeño «Diccionario Biográfico Escolar» en 95 páginas, resumen de los cinco tomos de su gran diccionario y que también recibió una excelente acogida por su utilidad didáctica. El Gobierno de Venezuela lo condecoró con la «Medalla de la Orden del Libertador».

En 1.916 dirigió el periódico «La Crónica Ilustrada». En 1.918 publicó una nueva «Cuestión Histórica- Entrevista de Bolívar y San Martín» en 59 páginas y en Octubre salió su folleto titulado «La Columna de Octubre, relación histórica del homenaje de Guayaquil a los próceres de la Independencia».

Al acercarse et primer centenario de la Independencia, la Municipalidad de Guayaquil organizó dos magnos Concursos históricos, uno general sobre la efemérides y otro particular o bibliográfico Destruge se presentó y triunfó en ambos; mandó al primero su «Historia de la Revolución de Octubre y Campana Libertadora de 1.920-22» en 407 Páginas con vista a documentación inédita y muy valiosa, que mereció el Primer Premio consistente en «Medalla de Oro», E! Jurado recomendó su publicación y la «Junta del Centenario de la Independencia de Guayaquil» adquirió la propiedad literaria y la imprimió en 1.920 en Barcelona con el seudónimo anagramático «D’Amecourt», utilizado por Destruge en el Concurso Este error acaba de ser corregido en la segunda edición en 1.982 Al segundo concurso envió la «Biografía del General León de Febres-Cordero, Prócer de la independencia de Guayaquil y benemérito de la Emancipación americana», El jurado compuesto de tres miembros declaró que la obra triunfadora tenia como defecto numerosas interpolaciones de párrafos de otros autores. Entonces Destruge escribió «Observaciones al Informe elevado al Ilustre Concejo Cantonal por los Sres. José Eleodoro Avilés y José Gabriel Pino Roca, miembros del Jurado de Obras Históricas para el Centenario» en 28 páginas, donde manifestó que dichas interpolaciones eran tomadas de obras suyas, escritas con anterioridad. Esta biografía salió impresa en 1.920, con pasta roja y gruesa, en 96 páginas.

En 1 922 editó en Caracas «Dña. Manuela Sáenz» en 16 páginas. En 1,923 salió a la luz «Centenario de la Escuela Naval de Guayaquil» en 10 páginas. En 1.924 y con motivo de las celebraciones del primer Centenario de la batalla de Ayacucho, «Guayaquil en la Campaña Libertadora del Perú» en 106 páginas, que bien podría ser considerada una continuación de su obra triunfadora en 1.920. Ese mismo año editó el primer tomo de la «Historia de la Prensa de Guayaquil» en 198 páginas; el segundo tomo apareció un año después en 210 páginas en los Boletines de la «Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos». La Segunda edición de esta obra completa en 1.982, en Quito, por el Banco Central. (1)

 

(1) A nuestro gusto la “Historia de la Prensa de Guayaquil” es la obra más atrayente de Destruye, la que se deja leer con mayor facilidad. El primer tomo llegó hasta 1.875 y el segundo a 1.920.
En 1.925 salió a la luz «Homenaje del I. Concejo Cantonal a Vicente Rocafuerte, con documentos» en 121 páginas y fundó la «Revista Municipal».

Desde hacia algún tiempo se cansaba con mucha frecuencia y por eso creyó oportuno en 1.926 renunciar a la Dirección de la Biblioteca y Museo Municipales y solicitar su jubilación por limite de edad. Tenia 62 años, gozaba de aparente buena salud, vivía en un departamento alto alquilado en 9 de Octubre y Boyacá. En el dormitorio tenia su hamaca para leer y tomar notas. Escribía en un gran escritorio al lado de varios estantes repletos de libros. La cama matrimonial, un gran ropero tallado y un arcón verde donde guardaba en perfecto orden documentos y originales, completaban el decorado. Por su incansable estudiar no salía de noche. El tiempo le era corto para leer, escribir con can útero, tomar notas a lápiz y compaginar documentos. A veces sus hijas le servían de secretarias. Numerosos estudiantes lo visitaban en son de consulta y como era un excelente conversador, tenían para largo.

Tanto trabajar preocupaba a su esposa que en ocasiones le preguntaba ¿No estás cansado? En otra era más directa y decíale ¡Viejito, no trabaje tanto! pero él no hacia caso y seguía hasta altas horas; admira la abundancia de sus libros, escribió para varias vidas.

La Municipalidad lo jubiló con S/400 mensuales y designó «Cronista Emérito de Guayaquil», expidiendo un honorísimo Acuerdo que él prefirió recibir en privado.

En 1.926 ya no fue a trabajar pero editó «Orígenes del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil», en 9 páginas e «Incursiones Piráticas». En 1.927 empezó a ordenar papeles para conmemorar del I Centenario de la Batalla de Tarqui. En 1.928 dio a la luz «Ecuador-Perú. Dos centenarios. Combate de Malpelo. Agresión a Guayaquil. La defensa de la ciudad. Relaciones Históricas» en 53 páginas y aunque no se sentía muy bien se dio mayor prisa y empeño para terminar Tarqui». Por fin el 21 de Febrero de 1.929 culminó su obra, hacia mucho calor, sudaba y se había agotado. Cuatro días después, el Z5, a eso de las 6 de la tarde, sintió sed y pidió un vaso de agua, cuando BU señora se lo trajo estaba acostado en la hamaca y no podía hablar ni moverse, le había comenzado el derrame cerebral. Llamaron al Dr. Herman Parker que estaba a solo dos cuadras, pero todo fue en vano, no volvió a recuperar el conocimiento y falleció a las 3 de la tarde del 26.

La ciudad se conmovió. Había fallecido el gran historiador, el Cronista Emérito, La Municipalidad se hizo presente, costeó los funerales y designó al nuevo Director de la Biblioteca y Museo, Dr. Modesto Chávez Franco para que tomara la palabra en las exequias. La prensa Nacional dijo: Destruge, con su ciencia ha trocado el polvo de los archivos en las reliquias de sus obras. Ecuador ha perdido al mejor historiador del Centenario.

En la confusión de esos momentos un familiar tomó los originales de «Tarqui» y por allí deben estar, pues aun no aparecen. En su juventud había sido poeta fino y jocoso. En 1.912 dedicó a Laura Sánchez Destruge de Guzmán la poesía ¡Ay sobrina!. Alto, baleo, delgado, pulcro en su vestir, pulido en sus acciones, pelo corto, grandes bigotes, facciones finas y muy regulares. Carácter jovial, ágil para el periodismo y estilo claro para la crónica y la historia. Una calle y un Colegio de Guayaquil llevan su nombre