De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?
Es una historia de la vida. Sobre un médico legista. Alrededor de él pasan algunas historias. Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad. Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.
¿Para hacer cine se necesitan palancas?
Víctor nació en Guaranda hace 44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.
Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a llegar a… para que te escuche lo que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido tomando importancia: las personas nos oyen, la empresa privada o cuando hay que pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí se necesitan palancas.
¿El aumento del cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?
Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles, nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.
Cuando me toque a mí es un título muy amplio
Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.
Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque morir. Te toca nacer, ser niño, las responsabilidades, trabajar, hacer películas. A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.
Pero es guarandeño
Sí, pero llegué a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?
Es una historia de la vida. Sobre un médico legista. Alrededor de él pasan algunas historias. Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad. Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.
¿Para hacer cine se necesitan palancas?
Víctor nació en Guaranda hace 44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.
Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a llegar a… para que te escuche lo que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido tomando importancia: las personas nos oyen, la empresa privada o cuando hay que pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí se necesitan palancas.
¿El aumento del cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?
Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles, nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.
Cuando me toque a mí es un título muy amplio
Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.
Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque morir. Te toca nacer, ser niño, las responsabilidades, trabajar, hacer películas. A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.
Pero es guarandeño
Sí, pero llegué a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?
Es una historia de la vida. Sobre un médico legista. Alrededor de él pasan algunas historias. Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad. Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.
¿Para hacer cine se necesitan palancas?
Víctor nació en Guaranda hace 44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.
Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a llegar a… para que te escuche lo que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido tomando importancia: las personas nos oyen, la empresa privada o cuando hay que pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí se necesitan palancas.
¿El aumento del cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?
Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles, nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.
Cuando me toque a mí es un título muy amplio
Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.
Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque morir. Te toca nacer, ser niño, las responsabilidades, trabajar, hacer películas. A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.
Pero es guarandeño
Sí, pero llegué a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?
Es una historia de la vida. Sobre un médico legista. Alrededor de él pasan algunas historias. Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad. Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.
¿Para hacer cine se necesitan palancas?
Víctor nació en Guaranda hace 44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.
Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a llegar a… para que te escuche lo que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido tomando importancia: las personas nos oyen, la empresa privada o cuando hay que pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí se necesitan palancas.
¿El aumento del cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?
Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles, nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.
Cuando me toque a mí es un título muy amplio
Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.
Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque morir. Te toca nacer, ser niño, las responsabilidades, trabajar, hacer películas. A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.
Pero es guarandeño
Sí, pero llegué a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.De qué trata ‘Cuando me toque a mí’?
Es una historia de la vida. Sobre un médico legista. Alrededor de él pasan algunas historias. Trata sobre la soledad, la impunidad, el racismo, la ciudad, la sociedad. Tal vez se resume en lo que un personaje llega a decir: Hasta para llegar al cielo se necesitan palancas.
¿Para hacer cine se necesitan palancas?
Víctor nació en Guaranda hace 44 años. Desde hace 31 reside en la capital. Se encarga de la realización del festival Cero Latitud.
Para todo. Claro que sientes, uno siente y a veces eres parte de eso. Inevitablemente tienes que ser el conocido de… para que te ayude a llegar a… para que te escuche lo que quieres. Peor si dices que quieres hacer una película. Aunque poco a poco ha ido tomando importancia: las personas nos oyen, la empresa privada o cuando hay que pedir un permiso para filmar en las calles. Ahí la gente se emociona, te dicen: ¡Ah! una película ecuatoriana. ¡Qué chévere! Luego dicen ¡qué bonito hobbie! No, no es un hobbie es un trabajo serio. No, pero qué bonito… O sea sí es bonito, pero a veces no se puede vivir de esto porque sí se necesitan palancas.
¿El aumento del cine ecuatoriano se debe a que el cineasta descubrió que tiene algo para decir?
Yo creo que estaban bien reprimidas las ganas de contar las historias. El rato que nos decidimos estaban listas para ser contadas. Hay una necesidad grande de decir cómo somos, qué oímos, cómo son nuestras calles, nuestras ciudades, nuestros rostros. Aprender a identificarnos con nuestros elementos propios que a veces los rechazamos por lo que nos venden. Siempre nos están diciendo que todos somos rubios. Nos viven diciendo que vivimos en casas de 500 metros y no hay tanto. El 90% de la población no es parte de eso. O sea, nos gusta la fritada, nos gusta vivir en departamentos, nos cuesta cada dólar que ganamos, es difícil.
Cuando me toque a mí es un título muy amplio
Es su segunda película. La primera fue ‘Fuera de juego’ con la que ganó un importante premio en el Festival de San Sebastián.
Es para pensar mucho. Cuando me toque ser padre de familia, ama de casa. Cuando ya nos toque morir. Te toca nacer, ser niño, las responsabilidades, trabajar, hacer películas. A mí me ha tocado eso junto con una relación cercana a la muerte que tuve hace años. Por eso, cuando leí el libro del Alfredo me provocó adaptarlo, especialmente cuando habla de la ciudad.
Pero es guarandeño
Sí, pero llegué a Quito y me adoptó la ciudad, como chagra. Es una urbe a la que amo mucho. Te da unos paisajes espectaculares, te da gente y te quita muchas cosas… eso de ser víctimas y victimarios de la ciudad.
Debe estar conectado para enviar un comentario.